Primero se realiza una evaluación minuciosa de la afección a través de los medios de diagnóstico existentes: Radiografías, resonancias magnéticas, y una palpación, para detectar si existen desviaciones vertebrales en la columna, y definir el grado de afección y tratamiento a seguir, luego se procede con los ajustes necesarios una vez, tratando directamente el origen del mal, permitiendo una normal transmisión de impulsos nerviosos entre el cerebro y el resto del cuerpo humano (órganos, tejidos, ligamentos, etc.)